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Qué te gustaría ser ¿victima o villana? O sencillamente ¿victima o triunfadora? Triunfadora verdad, no hay necesidad de ser victima si se puede evitar. En la vida real muchas veces es fácil jugar el papel de victima, sin darnos cuenta nos
victimizamos a nosotras mismas para encontrar aprecio y más oídos para nuestros problemas, pero como sabes las victimas dan.... lastima.
A nadie le gusta que lo vean con ojos de lastima, pero cuando dejamos nuestro poder y nos presentamos como victimas eso es lo que estamos atrayendo. Nos la pasamos llorando literal o simbólicamente, abandonamos nuestra fuente de poder y nos sentimos indefensos. En ocasiones empezamos a contar nuestros problemas aun a extraños para sentirnos mejor, pero nos presentamos como victimas. Las victimas manipulan y esto da la ilusión de triunfo pero a un costo muy elevado.
Todas tenemos poder y en casi todas las circunstancias tenemos poder. ¿Por qué jugar a la victima? Muchas veces esto se hace inconscientemente, las razones pueden ser muchas, casi todas tienen como base una autoestima pobre, no creemos tener lo que necesitamos para salir del problema y estamos esperando por alguien que nos ayude. También se refleja en falta de visión, no sabemos el poder que tenemos y como utilizarlo. En otras ocasiones es por temores infundidos y mitos.
Cuando estemos en una situación difícil es recomendable ver si nuestra actitud es la de triunfadora o la de victima. Si estamos actuando como victimas necesitamos analizar si en realidad lo somos o sencillamente estamos seleccionando ser victimas.
Casi siempre es preferible ser triunfadora y sentirnos seguras de nosotras mismas que ser victimas. Al sentirnos victimas estamos evitando tomar responsabilidad por nuestras acciones, estamos perdiendo una oportunidad para crecer y madurar y perdiendo una oportunidad para salir del apuro y sentirnos triunfadoras.
Tampoco hay que victimizar a otros sin necesidad. Recientemente escuche lo siguiente:
Una amiga (A) estaba tratando de ayudar a otra (amiga B) a conseguir trabajo y para esto llamo a un tercer amigo (Amigo C). La conversación entre A y C fue de la siguiente forma: por favor considera a B para el trabajo, mira que la pobre casi esta muriendo se hambre porque el marido la dejó por otra mas joven y esta hecha lata porque casi no tiene experiencia laboral. Por supuesto la amiga B se sintió muy mal al oír la conversación.
Los mismos resultados pudieron haberse obtenido con lo siguiente: Mi amiga B es una profesional muy calificada, ella siempre trabajó con su marido administrando su empresa pero se divorciaron y ella ahora necesita un trabajo. Te garantizo que es muy capacitada, profesional, trabajadora y honrada y nos harías a ambas (A y B) un gran favor si pensaras en ella cuando tengas un trabajo disponible.
Si quieres que tus amigas te traten como en el segundo caso no te presentes a ellas como una victima porque ellas te podrían creer y te presentaran a otros como victima y posiblemente... no te va a gustar.
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